¿Te encanta el salmón ahumado y siempre has querido hacerlo por ti mismo/a en casa, pero no sabes exactamente cómo?
Hoy te vamos a explicar aquí, paso por paso, como puedes ahumar tu salmón desde casa.
Como siempre, primero van los ingredientes: filete de salmón fresco, azúcar, sal gruesa y especial de ahumar, eneldo. Recuerda previamente congelar, al menos dos días, el filete de salmón para prevenir anisakis. Tras esa congelación, todo estará listo para ahumar. El filete de salmón debe estar limpio de espinas, pero no le retires la piel.
Para comenzar el ahumado es necesario mezclar todas las sales con el azúcar. Las cantidades son: 50 gramos de azúcar, sal gorda 325 gramos y sal de ahumar 1,5 gramos. Estas proporciones son perfectas para 1 kg de salmón fresco listo para ahumar. También puedes echar un poquito de eneldo.
Cuando hayas mezclado todo, en una fuente de cristal haz una primera capa o cama con la mezcla de sales. Pon encima el filete de salmón con la piel hacía abajo y termina cubriendo con mas sales. Si ahumases dos filetes, entonces pon el segundo filete encima del primero con la piel hacía fuera y cubrir todo con el resto de las sales.
Envuelve toda la fuente con papel film transparente y coloca encima algo que ejerza fuerza como, por ejemplo, dos tetrabriks de leche o un paquete de arroz. Lo que tengas por casa más a mano y que pese 2 kilos.
Todo este deberá estar en la nevera unas 48 horas, pero entre medias, cada 10 u 12 horas, aproximadamente, es recomendable retirar el liquido que vaya soltando el pescado. Pasadas las 48 horas, saca tu salmón y pruébalo. Si la textura te gusta, es hora de limpiarlo bajo el grifo con poca agua para ir retirando la sal y después lo dejamos secar. Si la textura aún no te convence, puedes dejarlo en la nevera en las mismas condiciones un día más.
Un último apunte: hay quién barniza el salmón con bourbon y lo deja marinar 1 hora antes de colocarlo en la fuente con las sales. Esto lo dejamos al gusto del o de la chef.
Si todo ha salido bien, enhorabuena, has ahumado por ti mismo/a un riquísimo salmón en casa. Consérvalo en la nevera y tómalo en pequeñas lascas para tostas, canapés, ensaladas o acompañado con quesos crema. ¡Qué aproveche!